Subido el 26 de mayo de 2017 y redactado por Diego Calleja

La piscina para evitar el dolor de espalda

Los dolores de espalda están a la orden del día para todos aquellos que practicamos deporte, y por eso para muchos se ha convertido en un compañero de entrenamiento, cuando no tendría que ser así. En la mayoría de los casos esto se debe a que tenemos una musculatura de la espalda demasiado débil.

A menudo cuando los dolores aparecen tendemos a dejar de entrenar… pero no hace falta que esta sea la solución. La natación se presenta como un gran aliado en aquellos momentos en que no podemos entrenar de forma habitual, pero que necesitamos mantener un buen tono muscular.

Natación: el deporte perfecto

Y es que es el deporte por excelencia recomendado para personas con problemas de espalda, dolores de columna o cervicales, puesto que se realiza sin tener que levantar pes y sin movimientos bruscos, mejorando la postura corporal y liberando tensiones. Además, la postura dentro del agua facilita la circulación sanguínea por el que es idóneo para personas con tensión alta y mala circulación, puesto que ayuda al regreso sanguíneo desde las extremidades al corazón.

El agua es un medio que no representa un problema para nuestra salud, desde el punto de vista de originar lesiones. Trabajar sin impacto ni rebotes, como sucede en el medio acuático, permite fortalecer las articulaciones de manera suave y sin traumas para el organismo. Esto te ayuda a adquirir mayor fuerza, hecho que no sólo mejora nuestro día a día, sino que sirve para fortalecer el resto de músculos al gimnasio, elevando con más facilitado el peso y realizando mucho mejor las diferentes rutinas y ejercicios programados, además de prevenir lesiones.

Evita lesiones

Es muy complicado que se produzcan accidentes en la práctica de la natación. Sólo puedes lesionarte si tu carga de trabajo es muy elevada o si la técnica no es del todo correcta. Por este motivo es muy importante que pidas asesoramiento al técnicos de la instalación, tanto de fitness como de agua o que te inscribas en un curso de natación para corregir tu técnica y reducir al máximo la posibilidad de poder sufrir una lesión o enfermedad.

Cuando ya tenemos una lesión de espaldas, la natación no sólo evitará empeorarla, sino que además la mejorará fortaleciendo la zona que mantendremos activa. Así pues, nadar es una buena solución, porque es inocua y efectiva a la hora de trabajar los diferentes músculos que componen esta parte del cuerpo. La natación es la mejor terapia para curar una dolencia de espalda.

Es un deporte ideal como complemento a la vida saludable. Se puede utilizar combinando con la actividad de musculación de pesas, con el atletismo, dietas de adelgazamiento, pádel… y siempre dará unos resultados muy satisfactorios en cuando a tonificación muscular, regulación de la respiración y movilidad articular. Así, es perfecto para utilizarla después de otro deporte, durante diez minutos, simplemente para acabar el entrenamiento.

Por todo ello os recomendamos su práctica como mínimo una vez por semana porque prevendremos las lesiones, fortaleceremos nuestro cuerpo de forma fácil y casi sin darnos cuenta. También estaremos estirando todos los huesos, músculos y tendones que composen la espalda debido a la postura suspensa al agua que actúa como amortiguador.